En las peleas con aquellos que nos son muy cercanos, se dicen las palabras más fuertes y es normal que en las riñas de hermanos se tienda a buscar el punto más flaco del otro, punto débil que además se conoce, con lo que se puede decir que van al hígado. De todas formas, aunque sean crueles, intenten no terciar, pues entre hermanos, no metas las manos.
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