Es normal que no apreciemos lo que tenemos, también lo es que esto sea más visible por otros que no lo tienen, se llama envidia, cochina envidia. La envidia, la cochina, la única que existe, es mala consejera y este es refrán de envidia y de impotencia, de ver como otro malgasta los recursos que a uno le vinieran muy bien. El refrán acusa de dejar inservibles los recursos, bienes o virtudes naturales de los que uno dispone. Lo bien cierto es que cuando necesitamos algo que otro tiene en desuso no podemos dejar de pensar en este refrán. Ejemplo literario:
-No le faltarán novias con todas las tortolitas que se apiñan en el escaparate para admirarlo.
-Yo hablo de una mujer de verdad, de las que le hacen a uno ser lo que tiene que ser.
-Es joven todavía. Déjele divertirse unos años.
-Esa es buena. Si al menos se divirtiese. Yo, a su edad, de haber tenido ese coro de mozas, habría pecado como un cardenal.
-Dios le da pan a quien no tiene dientes.
-Eso le hace falta: dientes. Y ganas de morder.
Carlos Ruiz Zafón. El juego del ángel. 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario