Dice este refrán que las personas de recto proceder y
conciencia limpia son capaces de cambiar su suerte, probablemente
porque finalmente los demás se lo reconocen y les devuelven en los
malos momentos lo que de ellos recibieron.
No sé si es cierto, pero lo que sí creo es que las personas debemos obrar de forma consecuente y que es mejor ser buena persona y obrar con los demás como nos gustaría que ellos actuaran con nosotros.
Imagen: Día 24, de vLutzifer. Publicada originalmente en Flickr con licencia Creative Commons, pínchala para ver el original.
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