viernes, 26 de septiembre de 2008

El que escucha, su mal oye

No es bueno andar escuchando lo que no nos está destinado. Muchas veces puede ocurrirnos que lo que oímos no es precisamente de nuestro agrado. El vicio del cotilleo es directamente atacado.

Tengo un vecino que casualmente siempre está detrás de su valla y escucha las conversaciones de los demás. Un vecino que además es muy susceptible y si alguien dice "Parece que va a llover" se lo toma como algo personal. Escuchando, escuchando, sus verdades se encuentra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi infelicidad esta en andar escuchando lo que no tenía que escuchar... hubiera preferido no saber...

Résped dijo...

La ignorancia, a veces , no es tan mala: lo que no sabes no te hace daño.

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