martes, 28 de febrero de 2012

Da lo tuyo antes de morir y disponte a sufrir

Pasa a veces que las personas de edad reparten en vida sus bienes entre hijos u otros allegados, sin esperar a que les alcance la muerte. Por otro lado es costumbre, como en muchas culturas, que las familias se ocupen de sus mayores y, aunque proliferan las residencias, estos permanezcan en el seno familiar, cuidados hasta que la última les alcance. Pero se dan muchos casos, y todos conocemos alguno, de personas que funcionan más egoístamente que altruistamente o movidos por el amor familiar y, si reciben la herencia que les correspondería antes de la muerte de su pariente no se ocupan de él como debieran. Supone el refrán que el interés hará que estas personas se esmeren más en el cuidado de sus mayores y se comporten mejor con ellos, mientras que si no esperan esa recompensa final...

Lo bien cierto es que este refrán se dice muchas veces a posteriori para explicar la situación en la que quedan algunas personas mayores y el desapego, a veces rayano en la violencia física o psicológica, con el que son tratados; pero no es menos verdad que en muchos casos no tiene que ver con esperar una recompensa la indiferencia y desprecio que algunos dan a sus mayores, puesto que ven la herencia como un derecho y simplemente no tienen un sentimiento de cariño hacia los viejos, olvidando los cuidados que ellos sí les procuraron en su niñez.

Imagen: Soledad, de Thorbion. Publicada con licencia CC (Creative Commons) en Flickr, puedes ver el original pinchando sobre la foto.



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