A beber me atrevo porque a nadie debo y de lo mío bebo

Este dicho se usa para indicar que, mientras uno no pida prestado, tampoco ha de rendir cuentas, por lo que no se admiten críticas a la conducta de la que haga gala. Se utiliza con ocasión de recibir críticas para desautorizar a las personas que las hacen, porque se están involucrando en algo en lo que no tienen arte ni parte y se dice por tanto defendiendo la propia libertad.

Es habitual señalar que no se tienen deudas como justificación de que uno es libre de actuar de la manera que quiera, en especial respecto de la forma en la que uno se gaste el dinero, pues el ser propietario hace que uno haga lo que quiera con sus bienes sin rendir cuentas a nadie.