Recomienda tomarse el tiempo necesario ante un problema y, una vez reflexionado, ser activo a la hora de solucionarlo. Efectivamente, es conveniente gastar todo el tiempo que sea menester en pensar bien la solución, antes de ponerse a actuar a tontas y a locas.
Hoy voy a ilustrar este refrán con una fábula de Esopo, esta vez en dibujo animado, en la que veremos como una solución apresurada es una mala solución.
Hoy voy a ilustrar este refrán con una fábula de Esopo, esta vez en dibujo animado, en la que veremos como una solución apresurada es una mala solución.
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