viernes, 21 de octubre de 2011

El corazón y los ojos nunca envejecen

El paso del tiempo es ley inexorable a la que nos vemos sometidos, no podemos luchar contra los estragos que nos causa, pero no cabe duda de que hay cosas que la edad no puede doblegar, que el espíritu de los luchadores no envejece y las ganas de disfrutar de la vida y hacérsela disfrutar a los que apreciamos no tienen porqué desaparecer con el tiempo. Este refrán nos recuerda que el corazón, como símbolo de nuestro espíritu, no tiene porqué envejecer, y que podemos ser jóvenes para seguir luchando por aquello que realmente nos importa.

Al igual que en la variante que dice que El corazón y los ojos nunca son viejos, este refrán se centra también en los ojos, pues hasta en los ojos de los ancianos podemos ver esa vida que no se apaga.

Se suele usar la forma simplificada El corazón no envejece, con el sentido comentado de que es el espíritu el que debe permanecer joven y ahí ciframos nuestra vitalidad. Existe una película italiana con este título.

Otra forma de este refrán es El corazón no envejece, es el cuero el que se arruga o El corazón no envejece, el cuero es el que se arruga, que mantiene el significado de la primera parte, pero haciendo contraste con la vejez que sí puede apreciarse perfectamente en la piel (el cuero).

Ejemplos:
Después de cincuenta años entregado al oficio, el de Brooklyn, el lugar que considera "el centro del mundo", señaló que "el cuerpo se hace mayor, pero el corazón no envejece".
Dice el dicho que el corazón no envejece, el cuero es el que se arruga. Y que para el corazón no hay edad. Y parece que tenemos un ejemplo extremo en la persona de la señora Wok Kundor, que a los 107 años de edad está pensando en la posibilidad de casarse. Otra vez. Por vigésima tercera vez.



1 comentario:

Anónimo dijo...

refrán sin sentido.

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