Conocido refrán, con múltiples variantes, que disculpa los errores que cometemos, siempre y cuando sean ocasionales, recordando que no hay nadie, por diestro que sea en el menester del que se trate, que este libre de equivocarse.
En las ocasiones en las que estos errores nos pueden servir para mejorar y las críticas no son constructivas, esta disculpa es efectiva y clara, pero hay que siempre autojustificarnos desde una actitud de mejora.
Variantes:
En las ocasiones en las que estos errores nos pueden servir para mejorar y las críticas no son constructivas, esta disculpa es efectiva y clara, pero hay que siempre autojustificarnos desde una actitud de mejora.
Variantes:
- El mejor maestro echa un borrón.
- El mejor nadador perece en el agua.
- El mejor nadador se ahoga.
- El mejor nadador es el que se ahoga.
- A la mejor cocinera se le queman los frijoles.
- A la mejor cocinera, se le ahúma la olla.
- A la mejor cocinera, se le va un tomate entero.
- A la mejor dama se le escapa un pedo.
- A la mejor puta se le escapa un pedo.
- Al mejor caballo se le van las patas.
- Al mejor cazador se le escapa la liebre.
- Al mejor cazador se le escapa una paloma.
- Al mejor cazador se le va la liebre.
- Al mejor cazador se le va viva la liebre.
- Al mejor galgo se le escapa una liebre.
- Al mejor galgo se le va una liebre.
- Al mejor escribano se le va un borrón.
- Al mejor nadador se lo lleva el río.
- Al mejor pastor, el lobo le roba una oveja.
Bono, en declaraciones a los medios, ha indicado que ha hablado por teléfono con Aguirre y que ha querido tranquilizarle restando importancia a esta ausencia. "Yo he hablado posteriormente con él, me ha pedido disculpas y lo entiendo perfectamente", ha resumido el presidente del Congreso, quien ha invitado a Aguirre a "pasar página" recordando el refranero popular: "Al mejor escribano se le va un borrón".
Es una pena que un experimentado lidiador como Rafaelillo mostrase una faceta desconocida en los de su lote, con los problemas de la casta, y ante los que este valentísimo murcianico tan querido en Las Ventas naufragó esta vez. Lo intentó de inicio en sus dos labores muleteriles pero sin quietud ni mando ni reposo; al contrario con un exceso de movilidad y dudas que fue justamente recriminada. Ya se sabe que el mejor escribano echa un borrón.
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