Señala que lo que no se consigue ni con argumentos ni con ruegos, lo puede conseguir un pequeño obsequio en el momento justo. No conviene pues, ser tacaños cuando esperamos un bien mayor; este refrán tiene aplicación también en asuntos amorosos, cuando un regalo a la persona de la que estamos enamorados puede poner de manifiesto nuestro espíritu generoso. También se usa como crítica a la corrupción, cuando esas dádivas se obtienen de la ostentación de un cargo público y el quebranto es en forma de contraprestaciones a costa de la hacienda pública.
Existe la variante Dádivas quebrantan rocas.
En la variante Dádivas quebrantan peñas y hacen venir a las greñas, señala como estos regalos pueden, por otro lado, ser causa de discusiones y riñas.
En otro sentido, Dádivas quebrantan peñas, y justicias, por más señas señala que la justicia puede ver inclinada su balanza por el peso del cohecho, de los regalos a los jueces, como también dice Gran fuerza hace el oro a la justicia.
Ejemplo:
Existe la variante Dádivas quebrantan rocas.
En la variante Dádivas quebrantan peñas y hacen venir a las greñas, señala como estos regalos pueden, por otro lado, ser causa de discusiones y riñas.
En otro sentido, Dádivas quebrantan peñas, y justicias, por más señas señala que la justicia puede ver inclinada su balanza por el peso del cohecho, de los regalos a los jueces, como también dice Gran fuerza hace el oro a la justicia.
Ejemplo:
Más sobre el sobreseído Gürtel valenciano: Dádivas quebrantan peñas.
Dádivas quebrantan peñas, reza una vieja expresión, al parecer de origen anónimo; o compran votos y voluntades, los cuales no resultan tan caros a fin de cuentas y cunden lo suyo. Esto último es algo que nuestros entrañables caciques sabían y saben.
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