lunes, 6 de febrero de 2012

De lo que no veas, ni la mitad te creas

También: De lo que no veas la mitad solo creas.

Recomienda desconfiar de aquello que nos cuentan y no hallamos sido testigos, ya que es fácil que por voluntad o sin querer nos estén contando algo falso o exagerado y es que si hiciéramos caso de los relatos orales estaríamos dando pábulo a historias de lo más inverosímil. Podemos sin esforzarnos recordar todos historias exageradas que nos han contado como ciertas y todos sin duda conocemos a alguien que gusta de exagerar.

La presencia de un testigo ha sido siempre muy valorada en, por ejemplo, las causas judiciales. Hoy día, por suerte, se da preeminencia a las pruebas y un segundo lugar a los testigos, puesto que están más que demostrado que nuestros sentidos nos engañan a menudo. No hay científico que se precie que le dé demasiada importancia a los testigos, sino que cualquier experimento debe poder ser replicado para creerse.


1 comentario:

Ensada dijo...

La versión que yo he escuchado dice:

De lo que oigas, no te creas nada; de lo que veas, la mitad.

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