A todos nos alegra recibir a nuestros amigos y familiares en nuestras casas, pero a la vez sabemos que las visitas no se han de alargar más de lo necesario para no volverse inoportunas. Así, este refrán nos recuerda este hecho para que no nos alarguemos en las visitas, siendo discretos a la hora de marcharnos y es que más vale pecar de visita corta que hacernos pesados.
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