Mi casa, mis hijos y mi mujer todo mi mundo es es frase que ponemos en boca del hombre casero que no atiende a vicios ni distracciones y que renuncia a todo lo que le aleje de su hogar. Se dice como justificación de no tener ambiciones ni vicios. Utilizado con maldad se referiría a quien es corto de miras.
Es de notar el hecho de que no hay concordancia entre el verbo en singular y el sujeto en plural, lo cual sucede como licencia para favorecer la rima, ya que de otra manera quedaría: Mi casa, mis hijos y mi mujer, todo mi mundo son.
La variante Mi casa, mi mesa y mi mujer todo mi mundo es la diría el hombre que no tiene descendencia o, dicho con malicia, se referirá a quien, teniéndola, solo piensa egoístamente en los placeres de la buena mesa sin amplitud de miras.
Es de notar el hecho de que no hay concordancia entre el verbo en singular y el sujeto en plural, lo cual sucede como licencia para favorecer la rima, ya que de otra manera quedaría: Mi casa, mis hijos y mi mujer, todo mi mundo son.
La variante Mi casa, mi mesa y mi mujer todo mi mundo es la diría el hombre que no tiene descendencia o, dicho con malicia, se referirá a quien, teniéndola, solo piensa egoístamente en los placeres de la buena mesa sin amplitud de miras.
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