El agricultor es desconfiado respecto del tiempo, no le gustan las heladas tardías ni los calores tempranos, no deja de mirar al cielo incluso hoy en día, que hay pronósticos meteorológicos en cualquier cadena de televisión, radio o internet. Por eso, por la desconfianza, no se fía de heladas tardías que le arruinen la cosecha, heladas que lleguen incluso casi a final de mayo, ya que san Urbano se celebra precisamente el 25 de ese mes.
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