sábado, 17 de octubre de 2009

Quien bautiza el vino no debería estar bautizado

Bautizar el vino es el proceso de multiplicarlo, no milagrosamente, sino echándole agua (de ahí lo de bautizar) para rebajarlo y aumentar así el beneficio. Esta era, o esa era la fama, costumbre de muchas ventas y tabernas españolas y motivo de constantes reclamaciones. Vendría a ser el antecedente del actual rellenado de botellas, conocido como "garrofón".

Este refrán vendría a ser una maldición contra los que realizaban esta práctica, tachándoles de malos cristianos o negándoles el derecho a ser personas como los demás. Tal vez un poco exagerado, pero deja de ver a lo que se le da culturalmente importancia.


4 comentarios:

Ensada dijo...

Es que se puede vacilar con todo en EeeeeesssPAÑA, pero el vino no me lo toques. Ya sabes como decía aquel otro refrán: Al pan, pan; y al vino, como locos.

Résped dijo...

No vamos a negar lo culturalmente aceptado que está el consumo de alcohol.

Ensada dijo...

Fomentado.

Résped dijo...

También.

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