Indica que no es verdadera necesidad aquella que tiene remedio, como a veces nos recordaban nuestros abuelos, que en la posguerra española de los años 40 y 50 del siglo pasado pasaron verdaderos apuros. Las necesidades son perentorias cuando su solución no es fácil o no la tienen, mientras que las cosas que tienen solución no son verdaderos problemas, sino incomodidades.
Este refrán usa la antítesis entre hambre y hartura para enfatizar el poco sentido del primer elemento, negándolo en el segundo apartado de la estructura bimembre.
Variantes:
Este refrán usa la antítesis entre hambre y hartura para enfatizar el poco sentido del primer elemento, negándolo en el segundo apartado de la estructura bimembre.
Variantes:
- Hambre que espera hartura, no se (le) puede llamar hambre.
- Hambre que espera hartura, no es hambre pura.
- Hambre que espera jartura, no es hambre.
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