La educación es muy importante en nuestra vida y nos lleva por el buen o el mal camino; esta depende a partes iguales del interés del alumno y del interés y las aptitudes del maestro. Este refrán nos recuerda lo fácil que es el aprendizaje cuando la persona encargada de enseñarnos reúne tanto los conocimientos como las actitudes necesarias para llevarnos por buen camino. Sin embargo, se suele usar para recordar que una de las más habituales formas de aprendizaje es la imitación y que los malos hábitos se aprenden enseguida por juntarnos con las personas que los practican.
3 comentarios:
¡Qué bien dicho! Les juro que lo voy a compartir con todos mis alumnos :-)
Me alegro que te guste. Gracias.
Publicar un comentario