Nos recuerda este refrán lo sencillo que resulta criticar el trabajo de los demás, mucho más que hacerlo uno mismo. Desde luego, quien hace las cosas queda siempre sujeto a la opinión de los demás, pero no por ello debemos dejar de actuar y ser como aquellos que no hacen, pero gozan buscando defectos.
2 comentarios:
Este refrán debería estar especialmente dedicado a los políticos, je, je..
Pero es verdad, a todos nos cabe esta gran verdad.
Los políticos viven de la crítica, ciertamente.
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