Refrán que se utiliza para remarcar que algo es obvio, tanto, que no hace falta decir la respuesta. También para indicar que de algo se sigue una consecuencia impepinable.
Tenía un profesor de física, el señor Company, que gustaba mucho de este refrán.
Tenía un profesor de física, el señor Company, que gustaba mucho de este refrán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario