Este popularísimo dicho nos recuerda que la felicidad y el dinero no tienen que ir obligatoriamente juntos en el camino de la vida. La felicidad es un concepto espiritual y, por tanto, no está sujeto a los imperativos de lo material.
Existen algunas variantes de este refrán, como El dinero no compra la felicidad o El dinero no hace la felicidad, que mantienen todo el sentido y la forma original, si bien existen también numerosas formas con apostillas, que ahora veremos.
Algunas de estas formas apostilladas, hacen de este refrán una ironía, pues vienen a decir que sí se puede correlacionar el bienestar material con el espiritual:
Algunos ejemplos:
Existen algunas variantes de este refrán, como El dinero no compra la felicidad o El dinero no hace la felicidad, que mantienen todo el sentido y la forma original, si bien existen también numerosas formas con apostillas, que ahora veremos.
Algunas de estas formas apostilladas, hacen de este refrán una ironía, pues vienen a decir que sí se puede correlacionar el bienestar material con el espiritual:
- El dinero no da la felicidad, la compra.
- El dinero no da la felicidad, la trae incluida.
- El dinero no hace la felicidad, la compra ya hecha.
- El dinero no da la felicidad, pero ayuda.
- El dinero no da la felicidad, pero cuando se va se la lleva.
- El dinero no da la felicidad, pero la pobreza la quita.
- El dinero no da la felicidad, pero es lo que más se acerca a ella.
- El dinero no da la felicidad, pero es medio para alcanzarla a veces.
- El dinero no da la felicidad, pero yo prefiero llorar en un Ferrari.
- El dinero no da la felicidad; pero cómo calma los nervios.
- El dinero no es la felicidad, pero ayuda a comprarla.
Algunos ejemplos:
En este sentido, este sevillano también subraya que "la inteligencia, como el dinero, no da la felicidad". No obstante, Rojas Marcos confiesa que en esta época especialmente intensa en la que vivimos, la aparición de los problemas se debe a que "hoy tenemos más opciones y como consecuencia más dudas ante los retos que nos plantea la vida" y que la ansiedad es el origen del "desequilibrio entre aspiraciones y oportunidades".
Aunque todavía son muchos los que aseguran que el dinero no da felicidad, es curioso ver cómo la plata es un factor determinante en los matrimonios y está llevando a que sea el motivo por el cual hoy muchas parejas quieran divorciarse.
Mientras aún es tema de debate si es verdad lo que plantea la tradicional frase de "el dinero no hace la felicidad", un grupo de investigadores norteamericanos arroja más leña al fuego. Es que plantea que el dinero es el mejor analgésico. Según sus estudios, el impacto psicológico del dinero es capaz de "disminuir el dolor físico" de las personas.
Candidatos ricos del futuro, en favor de tomar nota. Resulta que la mayoría de las veces, el dinero no compra la felicidad política.
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