El día de san Silvestre se conmemora el 31 de diciembre de cada año y con este día se despide, por tanto, para entrar en uno nuevo. Por esto este refrán se usa a modo de recordatorio de este hecho y como broma para este día que suele ser de celebración de entrada de un nuevo año y de deseo de ventura en él, que es, ni más ni menos, lo que yo os deseo a todos, queridos lectores.
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