Este es un refrán árabe, que entronca con otros varios de nuestra tradición que condenan al desagradecido, a la persona que no es merecedora de recibir nada, porque luego es incapaz de agradecerlo, pronto lo olvida e incluso devuelve justo lo contrario, malas acciones o habladurías.
Es para el ser humano, como ser social, muy importante saber en quién puede confiar; desde la adolescencia buscamos crear un grupo de referencia, además de la familia, en el que podamos sentirnos apoyados en los malos momentos y eso solo es válido si percibimos una reciprocidad.
Este dicho árabe podéis encontrarlo dentro de la popular Historia del pescador, de Las mil y una noches, cuando el pescador, hablando con el genio que ha liberado tras encontrarlo en una botella y ahora pretende matarle, le dice:
Imagen: Sello húngaro que ilustra la Historia del pescador (momento en el que presenta los peces al sultán. Imagen obtenida de wikimedia-commons.
Es para el ser humano, como ser social, muy importante saber en quién puede confiar; desde la adolescencia buscamos crear un grupo de referencia, además de la familia, en el que podamos sentirnos apoyados en los malos momentos y eso solo es válido si percibimos una reciprocidad.
Este dicho árabe podéis encontrarlo dentro de la popular Historia del pescador, de Las mil y una noches, cuando el pescador, hablando con el genio que ha liberado tras encontrarlo en una botella y ahora pretende matarle, le dice:
Extraño parece que absolutamente queráis volver mal por el bien, pues aunque dice el proverbio que el que hace bien a quien no lo merece siempre queda mal correspondido, creía yo que esto era falso, pues nada desdice más de la razón y los derechos sociales. Sin embargo, veo que es muy cierto.
Imagen: Sello húngaro que ilustra la Historia del pescador (momento en el que presenta los peces al sultán. Imagen obtenida de wikimedia-commons.
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