En situaciones difíciles no es posible elegir a nuestro gusto y nos hemos de conformar con lo que haya disponible, aunque no sea de agrado y no lo hubiéramos hecho en otras circunstancias. Igual que el barco que se ve amenazado por el mar no elige y entra en el primer puerto que le viene a mano, debemos cuando estamos en un apuro recurrir a los recursos que estén a nuestro alcance sin melindres.
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