Recogido en el Diccionario de autoridades y en la mayoría de colecciones del siglo XIX, critica a los avariciosos o desvergonzados que piden no solo más de lo que se les ofrece sino hasta lo pequeño cuando no se dudó en darles lo grueso. Así, sirve para reprender a los que, no contentos con lo necesario, piden también lo superfluo.
Ejemplo: Después de que lo invitamos a comer en el restaurante, va y pregunta: ¿pero no hay café? José se rió y le dijo lo de Abad de Zarzuela...
Ejemplo: Después de que lo invitamos a comer en el restaurante, va y pregunta: ¿pero no hay café? José se rió y le dijo lo de Abad de Zarzuela...
No hay comentarios:
Publicar un comentario