Nos recuerda este refrán que es complicado remediar un mal después de haberlo hecho y que hay cosas que una vez torcidas son muy trabajosas de enderezar, igual que es dificultoso curar una llaga, mucho más que producirla. Se usa para criticar que no se hayan tomado medidas para evitar un problema, así como para indicar que se deben poner remedios antes de que el mal esté hecho.
Variante: Fácil es hacer la llaga, lo difícil es sanarla.
Variante: Fácil es hacer la llaga, lo difícil es sanarla.
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