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jueves, 23 de agosto de 2012

La docena del fraile

La docena, o "docenica" en diminutivo simpático, del fraile no consta de doce unidades, sino de trece y es que los frailes tienen fama de aprovechados y de hacer las cuentas a su conveniencia, de tal manera que son capaces de alterar hasta las matemáticas a su antojo. Por eso este dicho se usa para advertir de un abuso o incorrección en las cuentas.

Ejemplo: No puedo creer que me estés intentando colar la docenica del fraile. Vamos a repasar las cuentas.

El origen de este dicho es un cuento popular, este que sigue:

Fue un fraile a comprar huevos y le dijo a la dependienta:
-Quiero una docena de huevos, pero como son para distintas personas, me los vas a poner por separado. Para el abad me pones media docena (6); para el padre tornero un tercio de docena (4); y para mí, sólo, un cuarto de docena (3).
El fraile pagó la docena y se llevó, en cambio, trece huevos. Cuando marchó, la chica, hizo las cuentas y vio que el fraile la había engañado. De modo que, al cabo de una semana, al volver éste a la huevería con la misma petición, ella ya le estaba esperando. Y al despacharle, le espetó:
-Señor fraile, le pongo junta la docena de huevos... y ya se hará vuesa merced los reparto por el camino.
En otros idiomas también tienen algo similar, los ingleses la llaman baker’s dozen (docena del panadero) o devil’s dozen (docena del diablo).


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