Así decimos contra aquellas personas que ponderan lo estético por encima de otras consideraciones y resaltando que la belleza no se une a menudo con el buen seso, sino que, bien al contrario, abundan las cabezas huecas. Por otro lado, también es verdad que la envidia puede provocar pensamientos de este tipo.
A todo le puso Dios limites excepto a la tonteria
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