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sábado, 9 de abril de 2011

Madre, casarme quiero, que dormir sola me da miedo

Puesto en boca de una chica joven sirve para indicar que esta tiene ganas de casarse, como si utilizara la más mínima excusa para ello. Usa el recurso de la niña que habla a su madre, muy propio de la trasmisión oral, que podemos encontrar ya en las cántigas galaico portuguesas o en coplas; de hecho, tanto la forma del título como las variantes están en el límite entre el refrán y la copla.

Variantes:
  • Madre, casarme quiero, que ya llego al candelero.
  • Madre, casarme quiero, que ya llegó el candelero.
  • Madre, casarme quiero, que ya se freír un huevo.
  • Madre, casarme quiero, que ya sé freírme un huevo.
  • Madre, marido quiero, que dormir sola me da miedo.
  • Madre, quiérome casar, que ya alcanzo el vasar.
Nótese el matiz burlón con el que podemos usarlo, dando a entender que la niña apenas ha salido de la infancia y ya tiene ganas de marido.

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