¡Viva la Pepa!

Este fue el grito que se extendió entre los liberales del siglo XIX para aclamar a la constitución emanada el 19 de marzo de 1812 de las Cortes de Cádiz; con él se daban vítores a la constitución del pueblo emanada en contra de una ocupación absolutista y a favor de un rey que se suponía del pueblo, Fernando VII. El nombre de "la Pepa" le vino a esta constitución del día de su nacimiento, el día de san José, familiarmente "Pepe".

Sin embargo, Fernando VII, una vez ostentó el trono, renegó de estos intentos de darle poder al pueblo, pues la monarquía está reñida con la democracia, entonces más aún que ahora, y tornó al absolutismo. Este giro hizo que la frase cambiara su significado y que decir que algo era un "Viva la Pepa" pasara a ser decir que era un desgobierno o una situación sin normas, en la que cada uno hace lo que quiera. Este último significado es el que se ha mantenido hasta nuestros días.