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miércoles, 20 de mayo de 2009

Oigamos, pero no creamos hasta que veamos

Refrán para desconfiados, aconseja no dejar de escuchar las promesas (“oigamos”), pero no darles más valor que ese, el de promesas, hasta ver que efectivamente se ejecutan y se convierten en realidades. Tiene una carga de cinismo similar a si no lo veo, no lo creo, pero con el matiz de la importancia que da a prestar atención a las promesas.

En cierta ocasión, en una tertulia radiofónica uno de los contertulios usó el refrán, siendo apostillado por otro:
-Oigamos, pero no creamos hasta que veamos.
-Oigamos y apuntemos - dijo el otro.

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