Forma de dar por concluida una discusión algo más elegante que mandar a freír espárragos. Indica que los defectos del otro son bien sabidos y no se quiere seguir porfiando sobre algo o incluso que no se quiere tratar sobre algo. Es también frase que muestra desconfianza en otra persona. Se puede usar no solo en segunda persona, sino también en tercera.
Se da como origen de esta expresión un cuento andaluz, recogido por Fernán Caballero y también por Juan Valera, en el que unos muchachos roban un asno, quedando uno de ellos en el lugar del pollino. Al llegar el dueño, el mozo le cuenta al arriero que él era un muchacho, convertido por las malas artes de la magia en asno. El arriero deja ir al muchacho y se encamina a la feria a comprar un nuevo jumento, encontrando un tratante que le quiere vender su anterior animal, a lo que el arriero responde de esta guisa.
Se da como origen de esta expresión un cuento andaluz, recogido por Fernán Caballero y también por Juan Valera, en el que unos muchachos roban un asno, quedando uno de ellos en el lugar del pollino. Al llegar el dueño, el mozo le cuenta al arriero que él era un muchacho, convertido por las malas artes de la magia en asno. El arriero deja ir al muchacho y se encamina a la feria a comprar un nuevo jumento, encontrando un tratante que le quiere vender su anterior animal, a lo que el arriero responde de esta guisa.
Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
ResponderEliminarHola, muy interesante el post, muchos saludos desde Mexico!
ResponderEliminarMuy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
ResponderEliminarBuen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
ResponderEliminarInteresante post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
ResponderEliminarMuchos saludos, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!
ResponderEliminar