Nadie quiere a los mendigos. |
Se puede generalizar contra los que, por ser ricos o de buena posición, no hacen caso de sus parientes ni los atienden de ninguna manera, incluso renegando de ellos; censura además que se gaste en demasía sin reparar en la necesidad de los demás, cuando ese derroche podría servir para ayudar a otros.
Cervantes pone esta frase en boca de Teresa Panza, mujer de Sancho Panza, cuando esta se entera de que su marido por fin ha conseguido el gobierno de un ínsula, con lo que son ya ricos y de ello presume ante el cura y el bachiller Sansón Carrasco.
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