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martes, 2 de octubre de 2012

No hay más cera que la que arde

Vela, de dlombardía.
No hay más cera que la que arde se dice para indicar que una cosa o persona ha dado de sí todo lo que podía esperarse; para decir que ya se ha hecho todo lo posible.

Ejemplos de uso:
Ahí estará la madre del cordero: se verá la credibilidad del proceso. De momento no hay más cera que la que arde.
Será que el drama agarrota las piernas y enturbia el cerebro. O será que no hay más cera que la que arde. El caso es que la Ponferradina y el Tenerife desaprovecharon la oportunidad de gritar a los cuatro vientos que merecen algo más.
Como suele pasar con los refranes muy populares, la deformación de un sintagma tan conocido también aporta significado, como en el ejemplo que sigue, en el que se quiere dar a entender que existe algo más de lo que se puede apreciar:
Hay mucha más cera de la que arde. La realidad no son sólo formulas, cadenas de átomos o procesos químicos. Aprendamos a captarla sabiendo mirar bien, a fondo, con el corazón.

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