Se dice sobre aquellas personas no dudan en emplear cualquier subterfugio para lograr sus propósitos de notoriedad, que buscan métodos extraños. Jerónimo Martín Caro propone un curioso ejemplo a propósito de este refrán, el de Psaphon, hombre africano que quería ser tenido por dios y, con este propósito, se hizo con un buen número de pájaros a los que enseñó a repetir la frase “Psaphon es dios” para después liberarlas y que lo enseñaran a otras aves; al oírlo repetir los africanos una y otra vez, habríanlo tenido por cierto y alabado a Psaphon como dios y ofrecido sacrificios a su nombre.
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