Locución latina que significa por propia voluntad, sin que nadie nos obligue. La popularización de esta frase, un ablativo absoluto, en el lenguaje común es a partir de ciertos documentos, bulas papales o cédulas reales, que se extienden con este nombre indicando que se hacen sin estar cediendo a presiones y de forma espontánea y libre, datando el primer documento de este tipo de 1484, año en que fue expedido por el papa Inocencio VIII.
Nótese que la locución sería motu proprio si queremos ser hablar correctamente, no “motu propio” ni “de motu propio”, como se hace, castellanizándola.
Ejemplos de uso, el primero perfectamente usado, el segundo, con una preposición innecesaria, el tercero, con preposición y castellanización incorrecta:
Nótese que la locución sería motu proprio si queremos ser hablar correctamente, no “motu propio” ni “de motu propio”, como se hace, castellanizándola.
Ejemplos de uso, el primero perfectamente usado, el segundo, con una preposición innecesaria, el tercero, con preposición y castellanización incorrecta:
Decir adiós motu proprio es complicado.
Primero, de motu proprio, decidió que lo único que le debe importar a su región es cancelar el proyecto minero Conga con 5 mil millones de dólares de inversión.
Luego había otra promesa de la Ciudad, la cual asumió de motu propio con los melillenses a través de los medios de comunicación y que plasmó en los presupuestos de Emvismesa.
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