Si buscamos esta expresión en un diccionario, nos encontraremos con que el significado que aparece es el de divertirse, esparcirse (así, por ejemplo en el de la RAE). Sin embargo, cualquier hablante de español de cualquier zona sabe que las connotaciones de esta locución se dirigen hacia las infidelidades conyugales o aventuras extramatrimoniales; o, al menos, a los momentos de esparcimiento alejados de la disciplina matrimonial.
El origen de la expresión está en la cana, ese pelo que enblanquece en la cabeza de las personas anunciando y evidenciando el paso del tiempo. El sentido lo adquiere porque al embarcarnos en estas aventuras lo que estamos haciendo, al menos simbólicamente, es perder una cana, rejuvenecer.
Variante: Echar una canita al aire.
El origen de la expresión está en la cana, ese pelo que enblanquece en la cabeza de las personas anunciando y evidenciando el paso del tiempo. El sentido lo adquiere porque al embarcarnos en estas aventuras lo que estamos haciendo, al menos simbólicamente, es perder una cana, rejuvenecer.
Variante: Echar una canita al aire.