Este refrán puede parecer críptico a quien no esté familiarizado con el mundo de los animales, ya que habla de la superstición que califica a los caballos según el número de patas blancas que tienen. Lo recoge Francisco Rodríguez Marín en sus 100 refranes andaluces.
Imagen: jors #3 de dhammza.
Imagen: jors #3 de dhammza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario