Ya hemos comentado que El amor es ciego, que hace ciegos a quienes alcanza y son, por esto, incapaces de ver los defectos que tenga la persona amada; este sentido de este refrán es claro, el resaltar la incapacidad de las personas de ver los defectos en el objeto de su amor. Además, esto se hace extensible al deseo por cosas materiales, que también nos hace incapaces de ver los defectos que tienen.
Dando una vuelta más de tuerca, podemos decir que también se puede usar este refrán para criticar las malas acciones que se hacen por deseo, como aquel políticucho que quiso hacer a su amante directora de cierto centro y no se explicaba como no les parecía a todos bien, cuando todos veían su mala acción y el motivo que le impulsaba.
Variante: El deseo embellece lo feo.
Dando una vuelta más de tuerca, podemos decir que también se puede usar este refrán para criticar las malas acciones que se hacen por deseo, como aquel políticucho que quiso hacer a su amante directora de cierto centro y no se explicaba como no les parecía a todos bien, cuando todos veían su mala acción y el motivo que le impulsaba.
Variante: El deseo embellece lo feo.
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