Ni con cada mal al cirujano, ni con cada pleito al letrado, ni con cada sed al jarro

Tres consejos que nos remiten a un mismo lugar: tener paciencia. El primero nos aconseja no ser hipocondriacos y no andar al médico por los pequeños malestares; el segundo, no andar pleiteando por naderías, recordando que un pleito trae consigo ciento y estos a quien más benefician es a los abogados; por último, hay una crítica contra el exceso en la bebida, ya que hay otras formas de calmar la sed no alcohólicas y mejores para la salud.