Frase con la que se pone el amor por encima de las consideraciones materiales, afirmando que se está dispuesto a pasar penalidades con tal de disfrutar de la compañía de la persona amada. El amor vence así, al interés material.
Pero no se puede quedar una frase así sin su remate cínico, que dice Contigo, pan y cebolla; pero mejor jamón y buen vino o, más exagerado, Contigo, pan y cebolla; pero mejor jamón, buen vino y buena olla.
Sin embargo, otra coletilla hace más claro el sentido del refrán, eligiendo a la mujer amada frente a otras: Contigo, pan y cebolla y, con otra, ni olla.
Pero no se puede quedar una frase así sin su remate cínico, que dice Contigo, pan y cebolla; pero mejor jamón y buen vino o, más exagerado, Contigo, pan y cebolla; pero mejor jamón, buen vino y buena olla.
Sin embargo, otra coletilla hace más claro el sentido del refrán, eligiendo a la mujer amada frente a otras: Contigo, pan y cebolla y, con otra, ni olla.
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