Señala irónicamente que los hechos han de concordar con las acciones, puesto que si no es difícil que sean tenidos en cuenta, es decir, que hemos de ser consecuentes con nuestras palabras; así, no tendría mérito recomendar mesura quien comete excesos. Está relacionado con Obras son amores y no buenas razones.
Buenísimo.
ResponderEliminarNo lo pillo
ResponderEliminarLo que dice es que quien está bien comido (acaba de almorzar) puede fácilmente pedir que no se coma, como que los ricos pueden predicar mesura o que no se reparta, pero es difícil que quien pasa hambre o necesidad esté de acuerdo.
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