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sábado, 29 de agosto de 2009

Hacer bien nunca se pierde

Advierte de las bondades de una conducta recta. Según la ética cristiana, el bien hecho redunda doblemente en quien lo hace, por el agradecimiento de quien lo recibe y por la altitud moral que se va alcanzando, que nos inclina hacia una mejor vida eterna. Por esto, incluso en el caso de no recibir agradecimiento sería positivo actuar rectamente y así lo refrenda el popular Haz bien y no mires a quién. Desde una posición no religiosa el actuar de una forma ética también otorga una superioridad moral, con lo que por lo mismo se puede aplicar este refrán.

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