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lunes, 16 de marzo de 2009

A mal pisto, buena sangre de Cristo

En la última cena relatada en los evangelios, Cristo habría tomado el vino y dicho a sus discípulos que lo tomaran como si fuera su sangre; igual rito se sigue practicando en las ceremonias católicas en la actualidad, por ello en lenguaje vulgar se usa referirse al vino como "la sangre de Cristo". Este refrán recomienda ayudar con el vino a pasar la mala comida. Su generalización implica que unas cosas ayudan a otras y en particular el alcohol ayuda a pasar los malos tragos, valga la redundancia, sean del tipo que sean.



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