El refrán advierte sobre las cosas que no son lo que aparentan. Igual que los cabellos pueden ser postizos, la honorabilidad también puede ser fingida incluso en las cosas a las que se les da mucha importancia, como solía ser la virginidad de la mujer. Las recomponedoras de virgos aparecen a menudo en nuestra literatura, siendo tal vez la más famosa la puta vieja Celestina.
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