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martes, 30 de septiembre de 2008

Las desgracias nunca vienen solas

Cuando las cosas se tuercen, se engrisece el cristal al través del cual miramos la realidad, la percepción del mundo que nos rodea se vuelve pesimista y todo es visto como negativo; cosas que serían vistas como neutrales nos parecen desgracias. Además, los acontecimientos realmente tristes se juntan con otros por permanecer mucho tiempo como recientes en nuestra percepción.

A veces, el refrán se vuelve inexorable y tristemente cierto. Una persona cercana a mí ha perdido en el último año a su suegra y a sus dos padres. El otro día fuimos a su casa y, entrando, mi mujer le decía a mi hijo "Ahora verás al perrito" y él girándose dijo: "No, Will también se ha muerto".

Existe la variante Nunca viene una desgracia sola y es muy similar a Las desgracias vienen de tres en tres.

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